EL PRIMER GOLPE DE ESTADO DE LOS ILLUMINATI
LA REVOLUCIÓN
FRANCESA. Parte 1.
Adam Weishaupt también trabajó
intensamente como miembro de la orden Masónica Gran Oriente para preparar la
así llamada ‘revolución’. (Nesta Webster, "La Revolución" francesa, Londres,
1919, Pág. 20-21.) Al mismo tiempo, el Illuminati había ganado una fundación
segura en Francia.
Un judío portugués, Martínez
Paschalis, había formado grupos del Illuminati por el país en 1787. El Conde
Honore Gabriel Riqueti de Mirabeau (alias Leonidas) se tranformó en el líder Illuminati
más importante.
Otro Illuminatus importante, el
escritor y editor, Johann Joachim Christoph Presagia (1730- 1793), alias
Amelius, había viajado a París en el mismo año para organizar la revolución
francesa y dar la señal ‘vamos’ para la rebelión dos años después, según el
libro de Johannes Rogalla von Bieberstein "Die These von der Verschworung
1776-1945" (Frankfurt am Main, 1978).
Como Illuminatus, Presagie había
tenido éxito haciendo los contactos con otros francmasones, también en Suecia.
Él publicó la primera revista Masónica durante los años 1776- 1779. Él también
tomó parte en la convención Masónica en Wilhelmsbad en 1782.
Weishaupt había enviado al judío
Giuseppe Balsamo (nacido el 8 de junio de 1743 en Palermo), quién se presentó
bajo el falso título Conde Alessandro Cagliostro, en Francia para que los
Illuminati controlaran las órdenes Masónicas francesas. Cagliostro-Balsamo
había sido reclutado en Frankfurt am Main en 1781. ("El Sendero de la Serpiente",
Hawthorne, California, 1936, pág. 163.)
Un año antes, se había declarado
líder de la francmasonería egipcia. Cagliostro también tomó parte en el
importante Congreso Masónico en París el 15 de febrero de 1785.
Cagliostro fue expulsado de
Francia en 1786 en relación con el "asunto del collar". Él fue
encarcelado en Roma en 1789, después de intentar levantar una Logia Masónica y
fue sentenciado al encarcelamiento por vida. Él murió el 26 de agosto de 1795.
El
lacayo más importante de Rothschild, Adam Weishaupt, también fue enviado a
París con fondos ilimitados para sobornar a hombres importantes, organizar una
revuelta y deponer al rey. Un comité secreto fue designado en la convención
Masónica de febrero de 1785 para coordinar las acciones de la revolución. Esta
incluía a San-Martin, Etrilla, Franz Anton Mesmer, Cagliostro, Mirabeau,
Charles Maurice de Talleyrand (en realidad T. Perigord), Bode, Dahlberg, Barón
de Gleichen, Lavater, Conde Louis de Hesse, y representantes del Gran Oriente
de Polonia y Lituania. ("El Sendero de la Serpiente", Pág. 73.)
Weishaupt siempre jugó el papel
principal a las reuniones del Illuminati en París. Él invitó a miles de
asesinos a París.
Muchos pasquines contra la Reina
Marie Antoinette comenzaron a circular en París (Svenska Dagbladet, 27 de sept
de 1987). Después de esto, se lanzaron hojas impresas para incitar al pueblo a
sublevarse. El objetivo de los francmasones era destronar al rey. La máquina de
propaganda fue hábilmente tendida. Marie Antoinette fue transformada en el
símbolo de todo el mal en el reino.
Estos llamados revolucionarios
que trabajaron para minar el orden establecido eran a menudo jóvenes y muchos
entre ellos era judíos o francmasones, según el historiador Henrik Berggren,
Ph. D. (Dagens Syheter, 20 de enero
de 1987, "La Gramática de la Revolución").
Los trescientos hombres que
tomaron el poder bajo la Revolución francesa eran todos Illuminati. (Gerald B.
Winrod, "Adam Weishaupt - "Un Diablo Humano", pág. 37.)
Marat y Robespierre pertenecían
oficialmente a la organización "revolucionaria" 'Los Amargados'. La
'Asociación de los Iguales' también había estado activa en París desde 1786.
Esta organización había ya decidido en el mismo año, dónde encarcelar a los
"enemigos del pueblo."
Los líderes revolucionarios
Mirabeau, Garat, Robespierre, Marat, Danton, Desmoulins y muchos otros eran
Illuminati, según Gerald B. Winrod, "Adam Weishaupt - "Un Diablo
Humano" (pág. 36).
Según Nesta Webster, Danton y
Mirabeau eran originalmente miembros de la Logia Masónica "Les Amis
Reunis" (Los Amigos Reunidos) sobre la cual el Illuminati también puso su
marca. Louis Leon Saint-Just, llamado uno de los padres del totalitarismo,
también era francmasón.
El Illuminati se tomó los clubes
Jacobinos en 1789. 152 de estos clubes estaban activos el 10 de agosto de 1790,
según la Enciclopedia Británica. Los Jacobinos tenían una red centralizada
sobre toda Francia.
El primer club fue tomado por los
colaboradores cercanos de Weishaupt, Bode y el Barón de Busche.
Los fondos de los Jacobinos
sumaban 30 millones de libras en 1791. Los investigadores honestos han señalado
que la historia de los Jacobinos es de hecho una parte de la historia del
Illuminati. No debemos olvidar que uno de los títulos de Weishaupt fue "Patriarca
de los Jacobinos". Los Jacobinos también llevaron gorras rojas las cuales
llamaba las "gorras de la libertad" o gorras Jacobinas.
Según la propaganda actualmente
conocida, Louis XVI eran un tirano implacable y estúpido.
En la realidad, él era afable,
una persona bien intencionada, un hombre de familia expresivamente religioso y,
además extremadamente ágil de mente y un literato, según la biografía del Rey
del historiador francés Eric Le Nabour, "Le pouvoir et la fatalite"
("El Poder y la Fatalidad"). Leía a menudo sus enciclopedias. Louis
era tan miope que tenía dificultad para reconocer a las personas a una
distancia de sólo unos pasos. Era un buen cerrajero y tenía conocimientos de
mecánicas que sorprendieron a los expertos contemporáneos. Le gustaban la
carpintería y el trabajo en madera. El rey no tenía interés en los glamorosos
aspectos de vida en la corte. Louis tenía 16 años cuando se casó con Marie
Antoinette de 14 años de edad. Nunca viajó al extranjero.
Los Illuminati han logrado presentar
tan negativa como sea posible la imagen de Louis XVI y su Francia al mundo
pos-revolucionario. No fue la extravagancia y el malgasto de la corte lo que
causó el enorme déficit estatal, sino el apoyo de Francia a la Revolución
norteamericana.
Los costos de la guerra contra
Inglaterra fueron astronómicos. Louis XVI fue la primera cabeza de estado del
Viejo Mundo en reconocer esta nueva república. Gustavus III fue el segundo.
Louis XVI habían reformado el
sistema judicial, abolido la tortura en 1788, humanizó las prisiones y
desarrolló un servicio de salud. Pavimentó el camino a la caída de la monarquía
a través de las constantes pequeñas concesiones a los francmasones y a los
Illuminati. La revolución no fue organizada en un país indigente, sino en una nación
floreciente. Las exportaciones de Francia se habían multiplicado diez veces
durante el siglo. La industria y la agricultura habían hecho grandes adelantos.
La red francesa de más de 40.000
kilómetros de caminos empedrados era admirada por un asombrado mundo. (René
Sedillot, "Le cout de la Revolution francaise" / "Los Costos de
la Revolución francesa", París, 1986.)
Un presagio de la catástrofe por
venir ocurrió casi exactamente un año antes, en la mañana del 13 de julio de
1788, una gran tormenta asoló por el país. En pocos minutos la temperatura bajó
13 grados, el sol se ocultó y granizos como piedras, del tamaño de la cabeza de
un bebé, cayeron sobre los campos de cultivo más ricos del país -900.000
hectáreas fueron afectadas, los árboles fueron arrancados de raíz, las viñas
fueron destruidas y las cosechas se estropearon. Más de mil pueblos sufrieron.
Los tejados fueron barridos por el viento y las torres de las iglesias se
derrumbaron. No pasó tiempo antes que los supersticiosos se demostraran en lo
correcto - era una terrible señal de calamidad y violencia, de súbita muerte.
Tampoco fue una buena señal que el precio del pan comenzara a subir día a día,
las hordas de mendigos marchaban por los caminos y más de 100.000 indigentes
marcharon a París..
Otro mal agüero fue que el
invierno de 1788-1789 en Francia, fue sumamente severo. El puerto de Marsella
se congeló totalmente. Todo el tráfico entre Dover y Calais se detuvo. Los
molinos se congelaron y no podían moler el trigo, por lo cual la escasez de pan
se puso desastrosa.
Por esto el populacho pudo ser
incitado a sublevarse. Los alborotos siguieron a lo largo del invierno. El 1º
de marzo de 1789, el teniente de 19 años, Napoleón Bonaparte, fue enviado a
Dijon para aplastar un alboroto pero se negó a tomar el lado del rey. Escogió
entregarse a los revolucionarios.
Las fuerzas oscuras del
Illuminati fomentaron los alborotos en el campo francés. Las deudas debidos al
déficit estatal consumieron la mitad del presupuesto francés. Todo este dinero
encontró su camino a las manos de usureros prestamistas judíos.
Todos estos factores fueron
explotados. El tiempo para el golpe había llegado para los conspiradores que
habían unido a los clubes Jacobinos.
Como una firma del preludio,
Mirabeau llamó al Estado General el 5 de mayo de 1789, justo después del
treceavo aniversario de la fundación del Illuminati. Marx describió a Mirabeau
como "el león de la
revolución."
En el comienzo de la Revolución
existían 282 Logias Masónicas en Francia, de las cuales 266 estaban controladas
por el Illuminati, según Nesta Webster (la Revolución" "Mundial,
Londres, 1921, pág. 28). Fueron esto mismos grupos quienes organizaron todos
los alborotos y problemas.
El 13 de julio de 1789, a las 11
hrs., los conspiradores se reunieron en la iglesia Prix San- Antoine dónde
prepararon un comité revolucionario y discutieron cómo organizar la milicia
revolucionaria. Dufour del Gran Oriente presidió la reunión. Incluso la caída
de la Bastilla fue planificada por estos francmasones, según el testimonio de
Gustave Bord. (V. Ivanov, "Los Secretos de Francmasonería", Moscú,
1992, pág. 120.)
Al día siguiente, el 14 de julio,
el pueblo fue incitado a marchar hacia la fortaleza de la Bastilla con hachas
en sus manos. Contrariamente a lo que el mito de los Illuminati dice acerca de
esto, no hubo asalto y captura de la Bastilla. Simplemente capituló ante las
amenazas de cuatro francmasones. De esta manera fue tomada la Bastilla. En la
realidad, no tenía mucho sentido tomar la Bastilla - las autoridades ya habían
decidido demolerla para construir una área de albergue.
Ni un solo prisionero político se
encontraba en la Bastilla. Había sólo siete personas encarceladas. Cuatro de
éstos eran tristemente famosos estafadores y falsificadores. El joven Comte de
Solages había sido encarcelado a petición de su padre ya que había cometido
severas ofensas (incesto). Dos de los presos de la Bastilla estaban mentalmente
enfermos; uno de éstos era un irlandés con una barba de 1 metro de larga que
afirmaba ser el propio Dios.
Los revolucionarios continuaron
desinformando al pueblo mostrándoles una prensa, diciéndoles que era un
instrumento de tortura. Ellos también afirmaron que una vieja armadura se había
usado como camisa de fuerza para los prisioneros tercos.
En la realidad, los prisioneros
la habían tenido bastante fácil. Tenían su propio mobiliario y les era
permitido llevar su ropa normal. Ellos también recibieron varios tipos de
comidas. Los calabozos habían sido usados para guardar vino. Los carceleros
habían sido decentes y las visita de los amigos y parientes se habían permitido
frecuentemente. La biblioteca era de un estándar alto. Los paseos diarios en el
pequeño jardín de la Bastilla habían sido agradables.
Los francmasones, encabezados por
Camille Desmoulins, agitaron al pueblo más y más intensivamente con los gritos
de "Abajo la Bastilla!” El tumulto costó la vida de 83 asaltantes.
Otros 73 fueron heridos de los
cuales 15 murieron después por sus lesiones (Svenska Dagbladet, 25 de junio de
1989). Poco antes, el gobernador liberal de la Bastilla, ¡Había invitado a los
mensajeros de los francmasones incluso a cenar!
Él fue torturado y asesinado por
la muchedumbre. Su cabeza fue cortada y llevada como trofeo en un palo a través
de París. Después, tres funcionarios fueron asesinados y dos inválidos fueron
colgados. Los "revolucionarios" ondeaban sus banderas rojas.
Después, los agentes de los
francmasones fueron enviados por el país.
Su tarea principal era crear el
pánico simultáneamente en la mayoría de las provincias.
Durante este verano del hambre,
comenzaron a diseminar mentiras en los pueblos y ciudades acerca de las bandas
de mendigos y desempleado, llamándolos bandoleros e incendiarios, que mataban a
las mujeres y niños. Ellos también mintieron sobre un inminente ataque por
parte de los alemanes y de los ingleses. Dentro de 36 horas estos malvados
rumores habían alcanzado las grandes masas a lo largo del país y habían creado
un enorme pánico al 22 de julio.
Los panfletos impresos parecían
ser declaraciones oficiales. Ellos decían: "Por orden de su Majestad, la
quema de todos los castillos está permitida y colgar a cualquiera que se
oponga, desde el 1º agosto hasta el 1º noviembre."
Las personas creyeron estas
mentiras. Los campesinos tomaron las armas. Atacaron y saquearon feudos y
castillos. Quemaron inventarios y otros documentos y así también, quemaron su
propia historia.
Detrás de la idea del "Día
del Terror" estaba el francmasón Adrien Dupont, quien quiso aprovecharse
del pueblo tanto como pudo por razones "revolucionarias", según Nesta
Webster ("La Revolución Mundial",
Londres, 1921, pág. 31-32). Para acelerar su propio objetivo de tomar el poder,
los francmasones controlaron cualquiera intento de reformas.
La Asamblea Nacional se mudó a una
vieja escuela de monturas en la Rue de Rivoli en octubre de 1789. Los radicales
se sentaron a la izquierda del presidente, los conservadores a la derecha. De
esto el Illuminati creó "izquierda y derecha" como conceptos
ideológicos en la política mundial. Todo lo que tenía que ver con la izquierda
fue considerado progresista después de esto, la verdad es que era Illuminismo.
Los asesinatos comenzaron bajo el
estandarte rojo de Rothschild y los eslogan de los Illuministas:
"¡Libertad, Igualdad y Fraternidad! " y "¡Libertad o
Muerte!" En Lyon los "enemigos del pueblo" fueron muertos con
tiros de cañones, en Nantes, después de la matanza de 500 niños, 144 costureras
fueron ahogadas en las viejas barcazas en el Río Loira. Su "crimen":
habían cosido las camisas para el ejército.
¡Libertad, Igualdad y Fraternidad! lema Masonico |
Las personas eran ejecutadas sin
juicio, a pesar de la ostensible introducción de los llamados "tribunales
revolucionarios" en septiembre de 1789. Uno de los jueces que presiden
estos tribunales era el pervertido Marqués Donatien Alphonse François de Sade,
quien había sido traído directamente de un hospital mental. De Sade fue
responsable de darle nombre al concepto "sadismo". Él también murió
posteriormente en un hospital mental.
El golpe de los Illuministas en
Francia no trajo ninguna de las mejoras que los historiadores corruptos
intentan hacernos creer; por el contrario produjo una orgía de violencia e
intrigas.
Fuente: "Bajo el Signo del Escorpión" de Jüri Lina.
Fuente: "Bajo el Signo del Escorpión" de Jüri Lina.
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